Los derechos de los niños, niñas y adolescentes son derechos humanos específicamente adaptados pues toman en cuenta la fragilidad, las especificidades y las necesidades propias de la edad de los niños. De esta manera, los niños y niñas tienen el derecho a la vida y a un desarrollo físico e intelectual apropiado que toman en cuenta el carácter vulnerable de la niñez y expresan la necesidad de protegerlos. Esto implica la necesidad de brindarles, un entorno de protección adaptada a la edad y al grado de madurez de los niños.
Los derechos de los niños buscan satisfacer las necesidades esenciales que implican un correcto desarrollo de la infancia tales como el acceso a una alimentación apropiada, el cuidado y la atención necesaria, la educación, etc.
En el Hospital Infantil Concejo de Medellín trabajamos para que los derechos de los niños, niñas y adolescentes sean escuchados, respetados y protegidos.
LOS 3 CERDITOS
LOS 3 CERDITOS
En un pueblito no muy lejano, vivía una mamá cerdita junto con sus tres cerditos. Todos eran muy felices hasta que un día la mamá cerdita les dijo:
—Hijitos, ustedes ya han crecido, es tiempo de que sean cerditos adultos y vivan por sí mismos.
Antes de dejarlos ir, les dijo:
—En el mundo nada llega fácil, por lo tanto, deben aprender a trabajar para lograr sus sueños.
Mamá cerdita se despidió con un besito en la mejilla y los tres cerditos se fueron a vivir en el mundo.
El cerdito menor, que era muy, pero muy perezoso, no prestó atención a las palabras de mamá cerdita y decidió construir una casita de paja para terminar temprano y acostarse a descansar.
El cerdito del medio, que era medio perezoso, medio prestó atención a las palabras de mamá cerdita y construyó una casita de palos. La casita le quedó chueca porque como era medio perezoso no quiso leer las instrucciones para construirla.
La cerdita mayor, que era la más aplicada de todos, prestó mucha atención a las palabras de mamá cerdita y quiso construir una casita de ladrillos. La construcción de su casita le tomaría mucho más tiempo. Pero esto no le importó; su nuevo hogar la albergaría del frío y también del temible lobo feroz…
Y hablando del temible lobo feroz, este se encontraba merodeando por el bosque cuando vio al cerdito menor durmiendo tranquilamente a través de su ventana. Al lobo le entró un enorme apetito y pensó que el cerdito sería un muy delicioso bocadillo, así que tocó a la puerta y dijo:
—Cerdito, cerdito, déjame entrar.
El cerdito menor se despertó asustado y respondió:
—¡No, no y no!, nunca te dejaré entrar.
El lobo feroz se enfureció y dijo:
Soplaré y resoplaré y tu casa derribaré.
El lobo sopló y resopló con todas sus fuerzas y la casita de paja se vino al piso. Afortunadamente, el cerdito menor había escapado hacia la casa del cerdito del medio mientras el lobo seguía soplando.
El lobo feroz sintiéndose engañado, se dirigió a la casa del cerdito del medio y al tocar la puerta dijo:
—Cerdito, cerdito, déjame entrar.
El cerdito del medio respondió:
— ¡No, no y no!, nunca te dejaré entrar.
El lobo hambriento se enfureció y dijo:
—Soplaré y resoplaré y tu casa derribaré.
El lobo sopló y resopló con todas sus fuerzas y la casita de palo se vino abajo. Por suerte, los dos cerditos habían corrido hacia la casa de la cerdita mayor mientras que el lobo feroz seguía soplando y resoplando. Los dos hermanos, casi sin respiración le contaron toda la historia.
—Hermanitos, hace mucho frío y ustedes la han pasado muy mal, así que disfrutemos la noche al calor de la fogata —dijo la cerdita mayor y encendió la chimenea. Justo en ese momento, los tres cerditos escucharon que tocaban la puerta.
—Cerdita, cerdita, déjame entrar —dijo el lobo feroz.
La cerdita respondió:
— ¡No, no y no!, nunca te dejaré entrar.
El lobo hambriento se enfureció y dijo:
—Soplaré y soplaré y tu casa derribaré.
El lobo sopló y resopló con todas sus fuerzas, pero la casita de ladrillos resistía sus soplidos y resoplidos. Más enfurecido y hambriento que nunca decidió trepar el techo para meterse por la chimenea. Al bajar la chimenea, el lobo se quemó la cola con la fogata.
—¡AY! —gritó el lobo.
Y salió corriendo por el bosque para nunca más ser visto.
Un día cualquiera, mamá cerdita fue a visitar a sus queridos cerditos y descubrió que todos tres habían construido casitas de ladrillos. Los tres cerditos habían aprendido la lección:
“En el mundo nada llega fácil, por lo tanto, debemos trabajar para lograr nuestros sueños”.
EL GATO CON BOTAS
EL GATO CON BOTAS
Érase una vez un molinero muy pobre que dejó a sus tres hijos por herencia un molino, un asno y un gato. En el reparto, el molino fue para el hijo mayor, el asno para el segundo y el gato para el más joven. Éste último se lamentó de su suerte en cuanto supo cuál era su parte.
—¿Qué será de mí? Mis hermanos trabajarán juntos y harán fortuna, pero yo sólo tengo un gato.
El gato escuchó las palabras de su joven amo y decidido a ayudarlo, dijo:
—No se preocupe mi señor, yo puedo ser más útil y valioso de lo que piensa. Le pido que por favor me regale un saco y un par de botas para andar entre los matorrales.
Aunque el joven amo no creyó en las palabras del gato, le dio lo que pedía pues sabía que él era un animal muy astuto.
Poniendo su plan en marcha, el gato reunió algunas zanahorias y se fue al bosque a cazar conejos. Con el saco lleno de conejos y sus botas nuevas, se dirigió hacia el palacio real y consiguió ser recibido por el rey.
—Su majestad, soy el gato con botas, leal servidor del marqués de Carabás —este fue el primer nombre que se le ocurrió al gato—. El marqués quiere ofrecerle estos regalos.
Los conejos agradaron mucho al rey.
Al día siguiente, el gato con botas volvió al bosque y atrapó un jabalí. Una vez más, lo presentó al rey, como un regalo del marqués de Carabás.
Durante varias semanas, el gato con botas atrapó más animales para presentarlos como regalos al rey. El rey estaba muy complacido con el marqués de Carabás.
Un día, el gato se enteró que el rey iba de visita al río en compañía de su hija, la princesa, y le dijo a su amo:
—Haga lo que le pido mi señor, vaya al río y báñese en el lugar indicado. Yo me encargaré del resto.
El joven amo le hizo caso al gato. Cuando la carroza del rey pasó junto al río, el gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:
—¡Socorro, socorro! ¡El señor marqués de Carabás se está ahogando!
Recordando todos los regalos que el marqués le había dado, el rey ordenó a su guarda a ayudar al joven. Como el supuesto marqués de Carabás se encontraba empapado y su ropa se había perdido en la corriente del río, el rey también ordenó que lo vistieran con el traje más elegante y lo invitó a pasar al carruaje. En el interior del carruaje se encontraba la princesa quien se enamoró inmediatamente del apuesto y elegante marqués de Carabás.
El gato, encantado de ver que su plan empezaba a dar resultado, se fue delante de ellos. Al encontrar unos campesinos que cortaban el prado en un enorme terreno, dijo:
—Señores campesinos, si el rey llegara a preguntarles a quién pertenecen estas tierras, deben contestarle que pertenecen al marqués de Carabás. Háganlo y recibirán una gran recompensa.
Cuando el rey se detuvo a preguntar, los campesinos contestaron al unísono:
—Su majestad, estas tierras son de mi señor, el marqués de Carabás.
El gato, caminando adelante de la carroza, iba diciendo lo mismo a todos los campesinos que se encontraba. El rey preguntaba lo mismo y con cada respuesta de los campesinos, se asombraba más de la riqueza del señor marqués de Carabás.
Finalmente, el ingenioso gato llegó hasta el más majestuoso castillo que tenía por dueño y señor a un horripilante y malvado ogro. De hecho, todas las tierras por las que había pasado el rey pertenecían a este castillo.
El gato sabía muy bien quién era el ogro y pidió hablar con él. Para no ser rechazado, le dijo al ogro que le resultaba imposible pasar por su castillo y no tener el honor de darle sus respetos. El ogro sintiéndose adulado le permitió pasar.
—Señor, he escuchado que usted tiene el envidiable don de convertirse en cualquier animal que desee —dijo el gato.
— Es cierto —respondió el ogro—, y para demostrarlo me convertiré en león.
El gato se asustó de tener a un león tan cerca. Sin embargo, estaba decidido a seguir con su elaborado plan.
Cuando el ogro volvió a su horripilante forma, el gato dijo:
—¡Sus habilidades son extraordinarias! Pero me parecería más extraordinario que usted pudiera convertirse en algo tan pequeño como un ratón.
—Claro que sí puedo—respondió el ogro un tanto molesto.
Cuando el ogro se convirtió en ratón, el gato lo atrapó de un solo zarpazo y se lo comió.
Al escuchar que se acercaba el carruaje, el gato corrió hacia las puertas del castillo para darle la bienvenida al rey:
—Bienvenido al castillo del señor marqués de Carabás.
—¿Cómo, señor marqués de Carabás? —exclamó el rey—. ¿También este castillo le pertenece?
El rey deslumbrado por la enorme fortuna del marqués de Carabás, dio su consentimiento para que se casara con la princesa.
Aquel joven que antes fue pobre se había convertido en un príncipe gracias a la astucia de un gato. El joven nunca olvidó los favores del gato con botas y lo recompensó con una capa, un sombrero y un par de botas nuevas.
EL PATITO FEO
EL PATITO FEO
En la granja había un gran alboroto: los polluelos de Mamá Pata estaban rompiendo el cascarón.
Uno a uno, comenzaron a salir. Mamá Pata estaba tan emocionada con sus adorables patitos que no notó que uno de sus huevos, el más grande de todos, permanecía intacto.
A las pocas horas, el último huevo comenzó a romperse. Mamá Pata, todos los polluelos y los animales de la granja, se encontraban a la expectativa de conocer al pequeño que tardaba en nacer. De repente, del cascarón salió un patito muy alegre. Cuando todos lo vieron se quedaron sorprendidos, este patito no era pequeño ni amarillo y tampoco estaba cubierto de suaves plumas. Este patito era grande, gris y en vez del esperado graznido, cada vez que hablaba sonaba como una corneta vieja.
Aunque nadie dijo nada, todos pensaron lo mismo: “Este patito es demasiado feo”.
Pasaron los días y todos los animales de la granja se burlaban de él. El patito feo se sintió muy triste y una noche escapó de la granja para buscar un nuevo hogar.
El patito feo recorrió la profundidad del bosque y cuando estaba a punto de darse por vencido, encontró el hogar de una humilde anciana que vivía con una gata y una gallina. El patito se quedó con ellos durante un tiempo, pero como no estaba contento, pronto se fue.
Al llegar el invierno, el pobre patito feo casi se congela. Afortunadamente, un campesino lo llevó a su casa a vivir con su esposa e hijos. Pero el patito estaba aterrado de los niños, quienes gritaban y brincaban todo el tiempo y nuevamente escapó, pasando el invierno en un estanque pantanoso.
Finalmente, llegó la primavera. El patito feo vio a una familia de cisnes nadando en el estanque y quiso acercárseles. Pero recordó cómo todos se burlaban de él y agachó la cabeza avergonzado. Cuando miró su reflejo en el agua se quedó asombrado. Él no era un patito feo, sino un apuesto y joven cisne. Ahora sabía por qué se veía tan diferente a sus hermanos y hermanas. ¡Ellos eran patitos, pero él era un cisne! Feliz, nadó hacia su familia.
DERECHOS Y DEBERES HICM
Los derechos de los niños y niñas están establecidos en la Constitución Política de Colombia y en el Código de Infancia y Adolescencia- Ley 1098 de 2006, y conscientes de su importancia, el Hospital Infantil Concejo de Medellín asume la corresponsabilidad en la garantía de sus derechos en la que prevalezcan el reconocimiento a la igualdad y la atención integral y humanizada.
Es importante que usted como adulto o acompañante conozca esos derechos y permita el ejercicio de los mismos por parte de los niños.
En el Hospital de Colores un niño o niña tiene derecho a ser informado, a decidir, a recibir una buena atención.
Conozca en detalle la declaración de derechos y deberes del Hospital de Colores.
DERECHOS
Los usuarios del Hospital gozan de los siguientes derechos sin restricción alguna por motivos de su raza o grupo étnico, género, edad, idioma, credo, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen social o geográfico, condición clínica, preferencias sexuales, situación social o económica:
COMO NIÑO O NIÑA TIENES DERECHO A:
- A ser informado:
Conocer el nombre de las personas que te atienden
Saber la enfermedad que tienes y porque estas en el hospital
Sobre las normas del Hospital
- A decidir:
Si participas o no en actividades educativas y/o recreativas que se realicen en el Hospital
A expresar tus ideas de la atención recibida
- A recibir:
Excelente atención médica, que todos en el hospital te tratemos bien, te llamemos por tu nombre y no te discriminemos por alguna condición física y/o social
Atención en otra institución cuando tu condición clínica lo amerite
Atención siempre en compañía de tu familia
Atención en donde tu enfermedad sola la conozcas tú y tu familia
Atención en un ambiente sano, tranquilo y seguro que permita tu recuperación
Una alimentación sana de acuerdo a tu condición clínica
COMO PADRES Y/O ACUDIENTES TIENEN DERECHO A:
- A ser informados:
De manera clara, oportuna y veraz el diagnóstico, pronóstico y tratamiento
Sobre los procedimientos que van a realizar con sus respectivos riesgos
Sobre los medicamentos utilizados, su propósito y posibles riesgos
Sobre las ayudas diagnósticas y sus resultados
Sobre sus derechos y deberes
Sobre dónde y cómo presentar quejas, reclamos o sugerencias relacionadas con la atención
De los costos que han pagado por la atención
De los procesos de restablecimiento de derechos y/o intervención social
De las normas que se deben cumplir en la estancia Hospitalaria
Sobre la manera de realizar la inscripción en el registro civil de los menores sin identificación
Sobre los cuidados en casa y trámites necesarios para garantizar la continuidad de la atención
Sobre los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad en los cuales debería inscribirse
- A decidir:
La participación en investigaciones y aceptar o no la presencia de estudiantes y/o personal en formación durante su atención
La aceptación o renuncia a la donación de los órganos
- A solicitar:
La escogencia del profesional que atienda al paciente de acuerdo a las posibilidades de la Organización.
Una segunda opinión del estado de salud o cambio del médico tratante de acuerdo a las posibilidades de la Organización.
Respuesta oportuna a las inconformidades del proceso de atención
La reserva de la identidad si no desea que se sepa que está siendo atendido en la institución.
- A recibir:
Apoyo espiritual
Atención sin trámites administrativos adicionales a los requeridos en la ley
Los servicios incluidos en Plan Obligatorio de Salud
Respuesta por escrito las razones por las cuales se le ha negado la atención
Atención de urgencia sin exigir documentos o dinero
Protección especial cuando padezca enfermedades catastróficas y de alto costo sin cobro de copagos
DEBERES
En el Hospital Infantil Concejo de Medellín los padres y acompañantes asumen la participación activa en el cumplimiento de los DEBERES O RESPONSABILIDADES que garantizan la seguridad en la atención y una sana convivencia, por lo anterior se comprometen:
DE LOS NIÑOS Y NIÑAS
- Informar:
Al doctor todo lo relacionado con tu estado de salud
- Cuidar:
Cuidar tu salud
Cuidar los objetos que encuentres en el hospital
- Respetar:
Respetar a todas las personas que te atienden
- Cumplir:
Tú y los que te acompañen deben cumplir con todas las recomendaciones dadas por el personal de salud
DE LOS PADRES Y/O ACUDIENTES
- Presentar:
Documento de identidad del paciente y otros que certifiquen la afiliación al Sistema de Salud
Documento de identidad del padre y/o acudiente y datos de ubicación verídicos.
- Informar:
Sobre la condición de salud, tratamientos recibidos y antecedentes del paciente de manera precisa, completa y veraz.
Sobre la condición de embarazo de la madre, especialmente cuando se realice al niño o niña un examen de diagnóstico de rayos x.
La cancelación de su cita o procedimiento con 24 horas de anticipación y el motivo por el cual cancela.
- Cuidar:
Asumir con responsabilidad el cuidado de la salud del niño o niña, acatando los tratamientos e instrucciones brindadas por el personal que lo atiende.
Cuidar y hacer uso racional de los implementos, instalaciones y servicios, manteniéndolos limpios y en buen estado.
Las pertenencias e informar sobre hechos que atenten contra su seguridad y la del Hospital.
- Respetar:
Las normas del Hospital para la permanencia en las instalaciones
Y tratar con amabilidad al personal de salud, niños y niñas, familiares y acompañantes y ser solidario en caso de situaciones que pongan en peligro la vida
La intimidad y creencias de los demás niños y niñas y acompañantes
Los horarios de las citas y procedimientos programados
Las decisiones que primen por la salud e integridad de los niños y niñas
- Cumplir:
Con el pago oportuno de los servicios prestados, según corresponda